2.2.12.- Artículo publicado en «El País» el 17/10/2000 «La publicidad de la condena».
2.2.11.- Artículo publicado en «El Periódico» el 21/9/2000 «El coste de la desigualdad».
2.2.10.- Artículo publicado en «El Periódico» el 19/7/2000 «El lastre del pasado».
2.2.9.- Artículo publicado en «El Periódico» el 22/5/2000 «Jueces y malos tratos».
2.2.8.- Artículo publicado en «Diario 16» el 1/5/2000 «Directivas Europeas».
2.2.7.- Artículo publicado en «El Periódico» el 6/4/2000 «Necesitamos actuar ya».
2.2.6.- Artículo publicado en «El Diari de L´Hospitalet» el 8/3/2000 «Los valores de la democracia».
2.2.5.- Artículo publicado en «El Periódico» el 11/2/2000 «El Terrorismo Doméstico».
No es una decisión alegre ni divertida. No supone una distracción ni una fiestaÉes en todo caso un mal menor. Podemos considerarlo un derecho de la mujer a configurar libremente su vida (ser madre se la va a cambiar totalmente), y podemos incluso discutir la protección que merece la vida humana en formaciónÉTambién entrar en la polémica de cuándo realmente se inicia como tal. La tensi—n en la confrontaci—n entre los derechos de la mujer y la protecci—n jurídica del ÒnasciturusÓ, fue resuelta ya por el Tribunal Constitucional en 1985, al resolver sobre el recurso que se planteó ante la primera despenalización de la democracia.
Pero ninguna de estas cuestiones tiene que ver con las modificaciones legales anunciadas.
Lo que ahora se pretende es volver a considerar a la mujer que aborta libremente ‘sin explicaciones’, una delincuente sometida al Código Penal, que pueda ser encausada, sentada en el banquillo, juzgada y condenada por esa acción. Al igual que los médicos que intervenganÉ ÀRealmente nuestra sociedad actual quiere este castigo? No creo que nadie esté pensando en incentivar la interrupción voluntaria del embarazo, tampoco la situación actual empuja ni promueve el aborto entre las jóvenes de 16 a 18 a–os, ni recomienda que lo hagan sin avisar a sus padres. Cuando se lanza el mensaje de que Òvamos a evitar que las jóvenes de 16 a–os abortenÓ no se está respondiendo a la cuestión. Todos queremos que eso no suceda, pero creo con total convicción que ningún progenitor está de acuerdo con una ley que sitúe a su hija como delincuente si lo ha hecho sin su consentimiento, o que el temor de ella por el embarazo, la lleve a una intervención no segura en circuitos clandestinos. Con grave riesgo para su salud y su vida. Seamos serios, el debate no es aborto si o aborto no. La cuestión es en todo caso si la mujer que lo hace ejercitando una acción íntima y personal es una delincuente.
Mª José Varela. Abogada.